sábado, 26 de septiembre de 2009

Tema 1: el texto y sus propiedades


Tema 1. El texto: definición y propiedades.


1. Definición de “texto”.

El texto puede definirse como un mensaje lingüístico con sentido completo. El estudio de los textos y sus propiedades corresponde a una rama de la Lingüística que se denomina Lingüística del Texto. La palabra “texto” proviene del latín “textus” (participio de "texere"="tejer"), y significa literalmente “tejido”; puede entenderse, por tanto, que un texto es -en sentido figurado o metafórico- “un tejido” formado por palabras que mantienen entre sí diferentes tipos de relaciones; y son estas relaciones las que forman la urdimbre o entramado del texto.

2. Propiedades del texto.

Las propiedades de un texto son básicamente dos: la coherencia y la cohesión.

2.1. La coherencia: un texto es coherente cuando posee sentido. Para ello debe cumplir con una serie de requisitos:

1º) la intención: todo texto se emite con una determinada intención por parte del emisor, como puede ser: informarnos de algo, o tratar de convencernos, o dar su opinión sobre un tema determinado, o establecer un contacto cordial con el receptor o receptores, o cualquier otra intención. La intención del emisor está estrechamente relacionada con las “funciones del lenguaje” que estudiaremos en el punto 3º.

2º) la situación o contexto: todo texto se emite en una determinada situación o contexto en el que hay que distinguir: la situación propiamente dicha, que es el lugar (¿dónde?)y el momento (¿cuándo?) en que se emite el texto. Por ej. En una clase los alumnos piden al profesor tiempo para estudiar. Por otro lado, forma parte también de la situación o contexto todos los conocimientos que poseen emisor y receptor, conocimientos que dotan al texto de su verdadero significado. Por ej. Si alguien dice “vi a fulanito en el pasflu”, este mensaje tendrá sentido sólo para la gente que sepa lo que es el “pasflu” y que además conozca a fulanito; este tipo de contexto se denomina “contexto cultural”.

3º) las funciones del lenguaje: todo texto cumple con una o varias funciones del lenguaje. Cuando se estudia el fenómeno de la comunicación, se distinguen seis funciones del lenguaje, cada una relacionada con un elemento de la comunicación; vamos a estudiarlas:
a) Función referencial (también llamada a veces representativa; relacionada con la realidad o referente): define las relaciones entre los signos lingüísticos que componen el mensaje -o texto- y la realidad constituida por el referente. La función referencial es la que nos permite relacionar las palabras “mi casa” con la realidad que efectivamente es mi casa. Esta función no se cumple si a alguien se le habla de “pasflu” y no conoce a qué realidad nos referimos, porque dentro de su contexto cultural no existe ningún “pasflu”. Esta función es la base de la comunicación; de tal manera que, podemos decir que si no hay función referencial, no se produce comunicación.
b) Función expresiva (o emotiva; relacionada con el emisor): se cumple esta función cuando el emisor utiliza el mensaje -o texto- para expresar sus emociones (alegría, tristeza, sorpresa, etc.) o para darnos su opinión sobre una determinada realidad. Se cumple esta función cuando, por ej., alguien pide algo con vehemencia, o cuando alguien, un político por ej., hace un análisis de la realidad del país, dando su opinión y proponiendo unas determinadas soluciones.
c) Función apelativa (o conativa; relacionada con el receptor): se cumple cuando el emisor utiliza el mensaje para llamar la atención del receptor, o para pedir al receptor que haga algo. Por ej., cuando un guardia civil de tráfico nos ordena parar el coche; o cuando un amigo o amiga nos pide un favor, o cuando un anuncio nos anima a consumir un determinado producto…
d) Función fática (o “de contacto”; relacionada con el canal): se da en todos los mensajes que tienen como finalidad comprobar el correcto funcionamiento del canal de comunicación, o asegurar una comunicación eficaz entre emisor y receptor. Por ej. Cuando un chico se acerca a una chica con el pretexto de preguntarle la hora, y lo que quiere es otra cosa; o cuando la chica -a la que no le hace gracia el chico- le contesta con la misma cara del guardia civil que nos mandaba parar el coche; o cuando en un sitio con mucho ruido hablamos alto para que nos escuchen; o cuando contamos un chiste para que una reunión no decaiga…
e) Función poética (o estética; relacionada con el mensaje): se cumple cuando el mensaje llama la atención por los signos empleados, bien por su belleza -como ocurre normalmente en la Literatura, y más concretamente, en la poesía-, o bien por cualquier otra razón (juegos de palabras, palabras que poseen una determinada connotación -“currante”, “pastillero”, “pringao”, etc.). Por ej. Los eslogans publicitarios suelen utilizar esta función para llamar la atención y, al mismo tiempo, seducirnos.
f) Función metalingüística (relacionada con el código): se cumple en aquellos mensajes que, por alguna razón, hacen una referencia directa al código de la comunicación. Los niños usan mucho esta función en su proceso de aprendizaje de la lengua cuando preguntan el significado de las palabras; lo mismo que los extranjeros –por la misma razón-; o cuando alguien pregunta por el significado de alguna palabra que no conoce, o por su ortografía. El empleo más significativo de esta función se da en las clases de Lengua, cuya finalidad es el estudio del lenguaje verbal como código principal de la comunicación.

4º) tipología y modalidad textual: los textos se pueden clasificar según su ámbito de uso en los siguientes tipos: científicos y técnicos (pertenecientes a las ciencias físico-naturales: Biología, Química, Física, Electrónica, etc.), humanísticos (pertenecientes a las ciencias humanas: Psicología, Sociología, Ciencias Políticas, Lingüística, etc.), jurídicos y administrativos (pertenecientes al ámbito del Derecho y la Administración), periodísticos (pertenecientes al Periodismo), publicitarios (pertenecientes a la Publicidad) y literarios (pertenecientes a la Literatura). Esta es una clasificación o tipología ampliamente aceptada, pero no es la única.
Por otro lado, los textos –independientemente de su tipología- se construyen según unas modalidades textuales, que son: la narración (cuentan una historia), la descripción (enumeran las cualidades o características de un objeto, una persona, un determinado espacio, etc.), la exposición (transmiten o exponen una información de manera objetiva), la argumentación (defienden una determinada idea o tesis mediante argumentos, con la finalidad de persuadir al receptor), y el diálogo (es una conversación entre interlocutores).
Una noticia, por ejemplo, es un texto periodístico según su tipología; pero al mismo tiempo es narrativo por su modalidad textual. Un anuncio además de pertenecer a los textos publicitarios, es descriptivo –o incluso argumentativo- por su modalidad, etc.

5º) la organización: los textos se organizan formando una determinada estructura. Existe una estructura externa que viene determinada por la división del texto en capítulos, párrafos o apartados, según sea el caso; y una estructura interna en la que se trata de distinguir entre las ideas principales, secundarias, terciarias…y advertir la relación existente entre ellas. La organización o estructura de un texto se representa mediante un esquema o mapa conceptual.

2.2. La cohesión: se refiere a la estrecha relación que existe entre las distintas unidades lingüísticas (palabras, sintagmas, oraciones, párrafos...) que forman el texto. Para conseguir la cohesión se emplean dos clases de mecanismos o recursos: semánticos y sintácticos.

2.2.1. Los recursos semánticos se refieren a aspectos del significado. Los principales recursos semánticos son (ver los ejemplos del libro):

1º) la cohesión léxica: se consigue mediante el uso de sinónimos (palabras que tienen el mismo o parecido significado) , sinónimos textuales (el sinónimo se forma mediante un sintagma), hipónimos (palabras de significado más restringido que el hiperónimo; por ej. “ballena” respecto a “cetáceo”), hiperónimos (palabras que engloban a los hipónimos por tener un significado más amplio; “medio de transporte” respecto a “ciclomotor”, “automóvil”, “barco”, “avión”, etc.), antónimos (palabras de significado contrario) y palabras derivadas (palabras que mediante prefijos y sufijos se forman a partir de una palabra simple).

2º) la deixis: procedimiento lingüístico mediante el cual hacemos referencia a algo anteriormente dicho (anáfora), o a algo que va a aparecer más adelante (catáfora) (ver los ejemplos del libro).

3º) la elipsis: se suprime alguna palabra que se sobreentiende, es decir que no es necesario nombrarla; por ej., el Sujeto elíptico en una Oración; el verbo en Oraciones como “Luisa lee más que Marisol” (se sobreentiende que Marisol “lee”).

4º) la progresión temática: se refiere a la forma en que progresa o avanza la información en un texto; puede ser progresión vinculada, cuando la información nueva se basa en lo dicho anteriormente; o progresión no vinculada, cuando la información nueva es independiente de la anterior.

5º) las redes léxicas o campos semánticos: forman una red léxica o campo semántico todas las palabras que comparten un mismo rasgo o aspecto del significado; por ej. “sillón”, “mesa”, “armario”, “mesilla” pertenecen al campo semántico de los muebles; el rasgo de significado que comparten -“mueble” en este caso- se denomina isotopía. Así por ej., “barco”, “avión”, “ferrocarril”, “automóvil” pertenecen a la isotopía “medios de transporte”.

2.2.2. Los recursos sintácticos se refieren a los conectores o nexos supraoracionales que sirven para relacionar o conectar las distintas oraciones y párrafos que componen un texto. El término “supraoracional” (“supra”=”sobre, por encima”) significa que –a diferencia de los nexos oracionales- estos nexos, llamados también conectores o marcadores del discurso, relacionan unidades mayores que una Oración.

La clasificación de los conectores que vamos a seguir es la siguiente:

a) conectores de repetición o reformulación: sirven para parafrasear o plantear de una forma diferente algo ya dicho, de manera que quede más claro: o sea, es decir, dicho de otro modo, con otras palabras...

b)  conectores de resumen y conclusión: sirven para sintetizar y resumir lo dicho con anterioridad: a modo de resumen, en resumen, en breves palabras, en conclusión, en definitiva, en fin...

c) conectores de rectificación: sirven para corregir lo expresado: al contrario, en cambio, mejor dicho...

d) conectores de adición: permiten agregar información: además, también, en este sentido, en esta misma línea, a este respecto, dicho sea de paso, igualmente, del mismo modo, a propósito, asimismo...

e) conectores de ejemplificación: ilustran o aclaran con ejemplos concretos el contenido del texto: por ejemplo, en concreto, especialmente, en particular, para ilustrar esto, como muestra, así, precisamente, como muestra el hecho de que...

f) conectores de ordenación o enumeración: sirven para ordenar el discurso o enumerar sus partes: en primer lugar, en segundo, a continuación,  luego, finalmente, por fin, por último... 

g) conectores de oposición o contraste: se usan para oponer o contrastar dos o más ideas: de otro modo, sin embargo, en contraste con esto, ahora bien, lejos de...

h) conectores de causa o consecuencia: relacionan los hechos por sus causas y repercusiones o consecuencias: ello se deba a, es por ello que, por lo tanto, por consiguiente, en consecuencia, de ahí que, precisamente por eso...

i) conectores de opinión o valoración: permiten opinar o evaluar un hecho: a mi modo de ver, bien pensado, desde luego, por supuesto, desde mi punto de vista, en mi opinión, sin duda...